Buscando lo más barato
En el arduo laborar cotidiano, buscamos que nuestro ya de por sí raquítico salario, nos alcance para satisfacer las sagradas necesidades de nuestra subsistencia. Y el común denominador es la inspección de los atractivos anuncios y ofertas que abarrotan la vista hasta el infinito, y que nos estimulan a adquirir los preciados productos a tan atractivos y cómodos precios, sin percatarnos en la gran infinidad de ocultos trucos que se encuentran en esta práctica comercial con vestimenta típicamente Walmarista.
El término "BARATO" se ha convertido en una compulsión para una población aquejada por los dramáticos efectos de una cruenta crisis que no parece tener fin. Esta busqueda frenética de productos baratos solo esconde, bajo un tenue velo, el deseo legítimo de que los malos momentos hayan terminado, y muchas veces se seleccionan productos baratos, cerrando los ojos, casi intencionalmente, a las triquiñuelas, nocivas para el gasto, que se encuentran detrás del ostentoso anuncio de la oferta.
Pero el desengaño es, en no pocas ocasiones, el resultado de la gran promesa de ahorro que ilusamente aceptamos, y nos encontramos con productos de mala calidad, a punto de la putrefacción, mal elaborados, caducos, e incluso con productos rechazados en otros países y que sin escrúpulos se venden a la población de escasos recursos. Todo esto refuerza la veracidad del gran dicho popular de que LO BARATO SALE CARO.
Pero esta fraudulenta práctica comercial no es nueva, y existen recomendaciones para contrarrestarlas, recomendaciones que tienen sustento en el conocimiento popular, en el ensayo y error cotidiano de las personas con más experiencia, y que ocasionalmente han sido recopiladas por organizaciones y publicaciones para difundirlas a la población.
Lo que me gustaría recalcar en este comentario, es que el deseo de que la inflación revierta, es un deseo ferviente compartido por todos. Pero el solo deseo no logrará dicho objetivo, y se requerirá de esfuerzo global para alcanzarlo. Pero al momento de comprar, sería muy deseable el dejar de lado las ilusiones y los sueños y tocar tierra, entendiendo con esto que nuestro conocimiento nos permitirá realizar compras acertadas y ahorrativas.
Porque es importante tener en cuenta, que la crisis alcanza todos los niveles, incluyendo a los grandes comerciantes; Para mantener un flujo adecuado de dinero es necesario crear mecanismos atractivos para el cliente, lo que no siempre quiere decir benéficos; De tal manera se realizan, que el cliente queda satisfecho con una ilusión, no obstante su compra no haya valido la pena. El fraude con los productos que se venden no es algo ocasional, sino que la "ciencia" del marketing ha convertido a esta práctica como algo común y deseable.
La ética y el compromiso con respecto al cliente, en este nuestro México en crisis, se va extinguiendo día con día. El tradicional intercambio de beneficios, el trueque equitativo de productos, representado actualmente por "tu dinero por este buen producto", esta desplazado por la práctica que usaron los conquistadores en América, "tu oro por estos vidrios destellantes, por esta ilusión".
En concreto, para realizar una compra acertada se debe tener en cuenta que no siempre lo más barato es lo mejor; que revisar el producto que se va a comprar es buena práctica; y que aplicar nuestro conocimiento, nuestros sentidos e intuición obstaculizará las prácticas fraudulentas.
Entendamos que nadie regala nada sin obtener algo a cambio. Las acciones altruistas verdaderas son realmente escasas. Recuerde siempre la tan conocida frase de Jesús: "La verdad os hará libres", agregándole; y "menos pobres también".