Discutir sin pelear y ganar

 

 

El “Yo siento / cuando tú / me gustaría”

 

 

Denisse Hernandez

 

 

 

 

Hace un par de semanas estábamos unas amigas platicando, llegó el punto de la conversación en que los problemas personales y de pareja de cada una surgieron a flote y las quejas se escuchaban en toda la mesa.

 

 

 

 

De repente Belén, que es psicóloga, puso algo de orden, dijo que las quejas al no estar bien planteadas y sin especificar un objetivo no sirven de nada y se quedan sólo en reproches. Explicó que uno de los principales errores al discutir con cualquier persona, especialmente con la pareja, es el divagar mucho; tendemos a hablar con rodeos, generalizar o a utilizar adjetivos negativos sobre la persona en lugar de enfocarnos en una actitud en particular.

 

 

 

 

Explicaba que el éxito que se pueda llegar a tener al plantear el problema dependerá de nuestra habilidad para hacer que el otro entienda nuestro punto de vista es decir, que se ponga en nuestros zapatos, y esto no se logra diciendo, por ejemplo: "eres un egoísta mentiroso".

 

 

 

 

Cuando recurrimos a este tipo de frases sólo logramos que la otra persona se ponga a la defensiva, lo colocamos en un papel de victimario y asumimos el de víctima.

 

 

 

 

Nos puso un ejemplo con una de las quejas que sonaban en la conversación; Adriana estaba molesta porque su novio últimamente se porta más distante, le habían dado un ascenso en su trabajo y vivía tan concentrado en sus responsabilidades laborales que casi había dejado de lado completamente su relación, se veían muy pocas veces en la semana y en esos momentos él se notaba ausente y estresado.

 

 

 

 

Adriana, herida por el desplazo, había intentado hablar con él, pero le decía que era un egoísta, que no le importaba nada ella ni su relación, que de nada le servía tener un puesto súper importante si se quedaba solo y que ella no iba a aguantar más así, además, traía a colación otras circunstancias que "demostraban" su poco interés en su noviazgo, como cuando se iba a jugar póker con sus amigos o la vez que la dejó plantada en el cine porque se había alargado una junta de trabajo.

 

 

 

 

Por supuesto, su novio, ante estos reclamos, se sentía agredido, se había cerrado ante la posibilidad del diálogo y en cuanto Adriana mencionaba aspectos de su nuevo trabajo, él prefería retirarse, lo que los distanciaba aún más.

 

 

 

 

Belén explicaba que ante una situación así, es lógico que el receptor de los reproches o se niegue a entrar en la discusión o por el contrario, empiece a hacer reclamos propios en una pelea que no tiene objetivo más que "ganar" con la peor recriminación.

 

 

 

 

Pero lo interesante de todo esto es la solución que nos sugirió Belén, ella dijo que hay una "fórmula" para abordar los problemas y se divide en tres partes concisas:

 

 

 

 

Yo siento...

 

 

 

 

Por ejemplo: "Yo siento que no soy importante para ti...", primero es hacerse cargo de los sentimientos; es muy diferente a decir "tú me menosprecias", no podemos asumir por cierto cuáles son los sentimientos del otro, por lo tanto, es importante comenzar desde este punto, desde la percepción personal del problema.

 

 

 

 

Cuando tú...

 

 

 

 

Por ejemplo: "Yo siento que no soy importante para ti... cuando me cancelas continuamente citas para quedarte más tiempo en el trabajo...", lo segundo es hacer referencia a una actitud en particular; traer a colación otras circunstancias sólo confunden la finalidad de la charla. No puedes asumir qué está pensando pero si puedes puntualizar una acción específica, algo objetivo.

 

 

 

 

Me gustaría...

 

 

 

 

Por ejemplo: "Yo siento que no soy importante para ti... cuando me cancelas continuamente citas para quedarte más tiempo en el trabajo... y me gustaría que respetáramos por lo menos tres días a la semana para vernos"; lo último es proponer una solución, algo que pueda ser negociado, en vez de centrar la discusión en el problema, se enfoca en un arreglo. Tratar con una persona que plantea posibles respuestas es muy distinto que con una que sólo expone problemas.

 

 

 

 

Así que cuando te encuentres ante un conflicto haz la prueba con la fórmula: "Yo siento / cuando tú / me gustaría".