Mis abrojos mortuorios
Mis abrojos mortuorios, son sólo eso; podredumbre de muerte.
Ni mano Santa, ni poderoso sabio, podrá jamás volverlos a la vida,
porque esta muerte no es aquella, que Jesús, con sus benditas manos,
sacó del profundo celestial,
sino esta que sucede en este eterno precipicio,
donde mi alma cae día a día, sin tocar jamás su final.
Y no importa que teniendo el poder,
dulces manos no se extiendan para rescatarme,
pues este es un sacrificio eterno de mi ser.
Mano bendita podría ser la tuya,
capaz de devolverme el hálito divino,
pero no podría implorarte tal proeza,
pues tienes ya tu propio destino.....
Y culpa jamás tendrías si eliges lo contrario,
pues los difuntos como yo....
......................solo importan en el novenario.