¿Tiene usted la idea de que TODO ES POLLO?
Es muy común escuchar la frase “Todo es pollo” cuando se esta decidiendo en que sitio de compra se adquirirá este producto. Pero realmente, como en todos los productos que se encuentran a nuestra disposición en los mercados, tiendas, tianguis y supermercados, el pollo tiene una gran gama de calidades, hecho que influye directamente en su costo.
Existen en la gran ciudad, diversas marcas de pollo, entre las que destacan Bachoco, Pilgrym´s Pride, Tyson y Queretaro. Estas muestran diferencias con respecto a las razas y formas de crianza, que sin entrar en detalles, dan particularidades al pollo que permiten distinguir las marcas perfectamente. Evidentemente, para una persona con poca experiencia en la compra al mayoreo, la distinción no será tan sencilla, dado que las diferencias son tanto anatómicas cono en consistencia y ciertas cualidades especificas de la carne.
Dentro de cada marca, además existen variedades o tipos de pollo. Estas variedades tienen también características cualitativas que influyen en su precio, y ciertamente, las de mayor precio tienen características superiores para el consumidor, y las de menor precio son productos que presentan algunas desventajas.
Para complicar un poco mas el panorama, tengo que decir que el sabor entre cada marca y cada subtipo es también diferente.
Por otro lado, durante la compra al mayoreo, se generan los productos no deseables para los revendedores. A estos productos se les denomina como “sobrantes”. Estos pollos “Sobrantes” tienen algunas características indeseables, como golpes, tamaño poco deseable (muy chicos o muy grandes), color diferente y algunos otros atributos que cada comprador puede valorar como desagradables. Así, estos pollos descartados son adquiridos por compradores que manejan calidades menores, o bien, son descuartizados para satisfacer las demandas de productos partidos (Pechuga, pierna con muslo, etc.).
Pero pocas veces la venta de la carga de pollos es total. Es más común que parte de los productos tengan que ser guardados para intentar su venta al otro día. Aún mas, si al día siguiente no es terminado el producto, tendrá que volver a guardarse para intentar de nuevo su venta. Y esto sucederá de nuevo hasta que el producto sea vendido o bien, hasta que pierda totalmente su comestibilidad. De esto podemos deducir que la calidad de dichos productos es un gradiente que va desde el muy fresco hasta el putrefacto. Y por increíble que parezca, para cada calidad mencionada existen clientes que los adquieren.
Esta somera explicación pone en tierra la aseveración de que todo el pollo es igual. No dudo que existan personas que por alguna razón fisiológica no puedan distinguir entre los diferentes sabores de cada tipo de pollo, pero para la mayoría de la gente, si es posible. Aún más, el pollo putrefacto en definitiva es muy diferente del pollo fresco. Esto también conlleva a la deducción de que cada calidad en el gradiente fresco-putrefacto tendría que tener ciertas cualidades diferenciantes, entre las que se incluye el sabor.
Agregare un comentario mas para hacer notorias las diferencias que existen en el mercado de pollería a pollería. Existen formas de cortar el pollo que podríamos englobar en la siguiente sencilla clasificación. El corte provinciano, que es únicamente el deslazamiento aleatorio, separando trozos del pollo que contienen partes carnosas y huesudas, para realizar una repartición más o menos equitativa. El corte tipo americano, que también mezcla partes carnosas y huesudas, pero no aleatoriamente, sino bien definidas. Y el corte natural, que mantiene la identidad de las partes del pollo. También en este aspecto existen gradientes entre cada división.
Ante esta semblanza del comercio del pollo, la mejor elección de compra parece algo complicada. Y de hecho, lo es. Pero no es algo del otro mundo. Solo hay que recordar que los productos muy baratos corresponderán a POLLO BARATO, que por lo que hemos dicho, corresponde a los de menor calidad. Y los de precio más alto, corresponderán a mejores calidades.
Una recomendación: Cuando realice sus compras, sin vergüenza, asegurase de que le cobren lo que la báscula este marcando, que no le cambien sus productos por otros de menor calidad y que no le quiten parte de su mercancía en el momento de la preparación.